Cómo elegir a un buen dentista infantil
Las etapas en las que más cambios físicos sufrimos en nuestra vida son en la infancia y la adolescencia. En esos años, los niños están en constante crecimiento y, en el caso de la boca, ocurre exactamente lo mismo. Salen los dientes temporales, se caen, aparecen los dientes definitivos, aparecen otros que no tenían… Y, además, empiezan a salir las primeras patologías si no se tiene una correcta higiene bucal o no se controla por un profesional.
De hecho, la elección del dentista para tus hijos es una de las decisiones más importantes que tienes que tomar. Algunos padres deciden llevarlo a la misma clínica a la que ellos asisten por la comodidad de no buscar un dentista especializado en niños.
Sin embargo, ¿no crees que es mejor llevarlo a un odontopediatra que a un dentista general? ¿No sabes las diferencias que hay entre ambos o qué debes tener en cuenta para elegir al más adecuado? Te lo explicamos a continuación.
¿Por qué elegir a un odontopediatra?
- Caries. Uno de los problemas bucodentales más frecuentes en niños son las caries. A veces resulta complicado que lleven a cabo una correcta higiene y, sumando al consumo de azúcar, es habitual que los niños les salgan de bien pequeños, incluso en los dientes temporales. El odontopediatra está familiarizado con este tipo de casos, conociendo los tratamientos que se deben realizar, teniendo en cuenta la salud de las piezas actuales y valorando la de los futuros dientes permanentes.
- Ortodoncia infantil. Un dentista infantil revisa que la mordida en el menor es la correcta para que, en el caso de no serlo, se puedan poner las medidas necesarias para corregirlo. Eligiendo un odontopediatra tendrás la tranquilidad de que cualquier problema funcional, estético o de crecimiento de tu hijo está tratado por un profesional. Aunque las ortodoncias cumplen la misma función en adultos, el dentista infantil sabe cuál es la mejor solución para un menor impacto estético y mejor adaptación a cada caso.
- Problemas en la adolescencia. Entre los 10 y los 18 años aparecen los dientes definitivos y, con ellos, todo tipo de problemas bucales: falta de espacio, desgaste, mala colocación… El odontopediatra trata a los niños desde su nacimiento hasta que son mayores, por lo tanto, conocen todo el historial del pequeño. Conocen los tratamientos más adecuados para estas edades teniendo en cuenta la evolución que ha llevado cada niño.
- Escasa higiene bucal. Los odontopediatras saben cómo explicar las técnicas de cepillado y que los más pequeños de la casa las comprendan y realicen correctamente. Uno de los objetivos de una clínica dental infantil es individualizar los tratamientos preventivos según las necesidades de cada niño. Según las diferentes etapas de su infancia, el odontopediatra le va aportando nuevos conocimientos en salud oral.
- Cercanía. Y, por supuesto, uno de los principales motivos por los que las familias eligen a un odontopediatra frente a un dentista general es la confianza y cercanía que le da a los niños. En una clínica infantil el niño se siente como en casa, por eso es importante que se familiarice con la consulta desde la edad más temprana. Gracias a ello, se mínima el miedo y conseguimos darle la seguridad y el ambiente adecuado durante su visita.
¿Qué tener en cuenta al elegir un dentista para los niños?
La cualificación y certificación del odontopediatra es uno de los aspectos para tener en cuenta a la hora de elegir el más adecuado para tu hijo. Esto supone que se dedica a tratar a pacientes con necesidades especiales, embarazadas, bebés, niños y adolescentes. Elige a aquel que cuente con la certificación de que es un dentista pediátrico.
Los odontopediatras cuentan con la capacitación para comunicarse con los más pequeños de forma adecuada, en cuanto al tono de voz, expresión fácil, diálogo con los niños… La mejor forma de comprobar que es el profesional adecuado para tus hijos es visitando la clínica y comprobando que tiene la paciencia necesaria y una buena interacción terapéutica.
Los dentistas infantiles cuentan con buenas habilidades para el manejo del comportamiento, tanto en niños que tienen mucho miedo a ir a la consulta como hacia aquellos con destrezas sociales y de comunicación especiales, como los niños con TEA.
Y por supuesto: información. ¿Cuántas veces has sentido que no sabías qué tenían que hacerte exactamente en el dentista? ¿Lo vas a hacer también con tus hijos? El odontopediatra tiene que facilitar a las familias la información necesaria y garantizar que el pequeño va a estar en buenas manos. Este profesional debe saber resolver todas las dudas y preguntas que tienen los padres e incluso transmitirlas con seguridad y confianza hacia los propios niños.
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