Maloclusión infantil: qué es y cómo tratarlo

¿Has oído hablar de la maloclusión infantil? ¿Crees que tu hijo puede tenerlo? La maloclusión en niños es muy frecuente y puede aparecer desde una edad temprana. Es muy importante que los padres sean conscientes de que su hijo puede tener este problema bucal y conocer la importancia de realizar revisiones dentales desde que el niño es pequeño.

La única forma de detectar y prevenir este problema lo antes posible es visitar al odontopediatra y que el profesional pueda evaluar la salud bucodental del pequeño. A continuación, te damos la información que necesitas para conocer en detalle qué es la maloclusión dental infantil y cómo se trata.

maloclusion dental

¿Qué es la maloclusión dental infantil?

La maloclusión dental en niños es una alteración del cierre de las dos arcadas dentales. Es decir, los dientes del maxilar superior no se alinean correctamente con la dentadura inferior y, con el paso de los años, puede provocar problemas articulares en la etapa infantil y adulta.

Este trastorno puede aparecer en diferentes momentos de la etapa infantil, incluso a una edad muy temprana. Es muy importante que se trate lo antes posible puesto que, con el paso del tiempo y, si no se diagnostica, la maloclusión puede causar múltiples problemas al niño.

¿Mi hijo tiene maloclusión dental?

¿No estás seguro de si la mordida de tu hijo es la adecuada? Lo primero que debes observar es si el niño tiene algún síntoma, ya que los pequeños que sufren maloclusión dental, tienen problemas bastante evidentes.

dolor dientes niños

Por ejemplo, si tu hijo se queja al masticar, tiene problemas para comer o incluso sufre pequeños mareos o tiene dolores de cabeza frecuentes, puede tener maloclusión infantil. La única manera de resolver tus dudas es pedir cita con el odontopediatra y que te de una valoración profesional.

Causas de la maloclusión dental infantil

“¿Qué molestias provoca la maloclusión?” Esta es una de las dudas más frecuentes entre los padres. Las causas pueden ser tanto por motivos hereditarios como adquiridos en el crecimiento del pequeño.

Si el padre o la madre también padecen la misma anomalía, es posible que en sus hijos también pueda aparecer este trastorno. La mejor medida preventiva que pueden hacer los padres es llevarlo al odontopediatra cuando el pequeño tenga entre 3 y 4 años.

Pero también puede darse el caso de la maloclusión aparezca por conductas inadecuadas, por ejemplo, el uso del chupete prolongado. Los niños deben dejar de utilizarlo a los 2 años, pero si se prologa y va más allá de los 3 años, es posible que tenga esta anomalía. La maloclusión dental también puede aparecer por el hábito de chuparse el dedo, o también por una masticación incorrecta mantenida en el tiempo o alteraciones de la deglución.

Consecuencias de la maloclusión dental

Como hemos dicho, los padres pueden detectar que el niño puede tener maloclusión dental si tiene problemas y/o molestias al comer, pero también puede tener dificultades para hablar. Las letras R, Z y S son las más susceptibles de pronunciar mal.

¿Cómo se diagnostica la maloclusión?

La única manera de que los padres estén seguros de que su hijo tiene una maloclusión dental es que el odontopediatra lo diagnostique. Hemos explicado que este trastorno puede aparecer a una edad muy temprana, de ahí la necesidad de acostumbrarlos a ir al odontopediatra desde que les salen sus primeros dientes.

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Las revisiones dentales periódicas ayudan a detectar y prevenir una posible maloclusión, así como otro tipo de problemas bucales lo antes posible. Durante la visita, el paciente se somete a un examen de su cavidad bucal, para que el odontopediatra pueda entender cuál es la maloclusión: mordida cruzada, abierta, profunda, apiñamiento de dientes…

Se suele incluir también una radiografía y, con la información obtenida, se procede con el tratamiento adecuado a cada paciente según el tipo de maloclusión dental que tenga. Si son pequeños es más fácil que el problema se corrija que cuando los huesos de la boca están desarrollados en su totalidad.

Si quieres evitar tratamientos complejos e incluso cirugías cuando el niño sea más mayor, es muy importante que el odontopediatra lleve un control de la boca de tu hijo. Nuestro objetivo es conseguir un crecimiento y desarrollo armónico de la boca del pequeño.